Bloqueos en carreteras: el nuevo reto para el transporte de carga
Durante los últimos días, distintas carreteras del país se vieron afectadas por bloqueos y manifestaciones, principalmente por parte de productores agrícolas y transportistas. Aunque las causas fueron diversas, el resultado fue el mismo: largas filas de camiones detenidos, entregas retrasadas y una cadena logística que tuvo que reaccionar sobre la marcha.
Los cierres se concentraron en estados como Guanajuato, Michoacán, Jalisco y Querétaro, donde confluyen rutas estratégicas para el movimiento de mercancías. Tan solo en el corredor del Bajío se registraron bloqueos totales y parciales en autopistas clave como la Querétaro–Irapuato y la México–Querétaro. Para quienes dependemos de la movilidad en estas zonas, el impacto fue inmediato: retrasos en tiempos de tránsito, pérdida de ventanas de entrega y sobrecostos por combustible y desvíos.
Estos eventos se sumaron a un contexto de alta presión logística. Las empresas deben mantener sus compromisos con clientes nacionales e internacionales, sin margen para demoras, pero con un entorno carretero cada vez más impredecible. Planificar rutas dejó de ser solo cuestión de eficiencia; ahora implica anticipar factores sociales, políticos y de seguridad que pueden alterar el panorama en cuestión de horas.
Más allá de las afectaciones inmediatas, lo ocurrido deja una preocupación de fondo: marca un precedente. Las carreteras son el eje del comercio interno y del nearshoring, y el hecho de que puedan detenerse por completo durante varios días evidencia una vulnerabilidad que impacta la confianza de los clientes, la estabilidad de las operaciones y la competitividad logística del país. Hoy los bloqueos se levantan, pero la pregunta que queda es cuándo volverán.
El mayor desafío no estuvo únicamente en mover las unidades, sino en mantener la comunicación y la coordinación. En momentos como estos, la información en tiempo real y la capacidad de respuesta son tan valiosas como el propio transporte. Mantener a los clientes informados, adaptar itinerarios y proteger la seguridad de los operadores se volvió prioridad absoluta.
En Flensa, seguimos de cerca la situación en los diferentes corredores del país, ajustando operaciones y rutas según los reportes viales, y priorizando la seguridad de nuestra gente y la integridad de cada carga. Sabemos que los bloqueos representaron un obstáculo, pero también una oportunidad para demostrar resiliencia y compromiso con nuestros clientes. En un entorno donde las carreteras pueden detenerse de un momento a otro, lo que no se detiene es nuestro trabajo por mantener el movimiento.